El último ejemplo de que el Dakar es una carrera que se lucha al segundo lo hemos tenido en esta fase inicial expresado en una situación reveladora: elinusualmente alto número de pilotos sancionados por excesos de velocidad. Incluidos pilotos ilustres, como Carlos Sainz y, en algunos casos, con sanciones importantes, como los cinco minutos que les cayeron a Joan Barreda (Honda) y a Yazeed alRajhi (Toyota), dos de los grandes favoritos al triunfo en motos y coches.
Las zonas de control de velocidad de cada etapa -repartidas tanto en los enlaces como en la propia especial cronometrada- se establecen en función de la seguridad y aparecen marcadas en el roadbook.